Yo, sólo yo....

octubre 03, 2014

¿Cómo me ha cambiado la maternidad?

Comenzaré comentando los cambios físicos, aquellos que la gente puede ver a simple vista:
Mi figura no es la misma, mi vientre tiene marcas visibles de esos 9 meses que anidó a mi hijo, es imposible no recordar a un canguro, así tal cual mi vientre se convirtió en una bolsa protectora, lista para llevar a mi bebé conmigo a cualquier sitio, jamás volveremos a ser uno.
Mis pechos, que antes dibujaban un escote y hacían lucir mi femeneidad, se convirtieron en pocillos llenos de amor, dispuestos a satisfacer tus necesidades hijo, aunque ya olvidaron su primordial tarea.
Mi rostro pasó a tener un sólo maquillaje, ojeras que denotan mi cansancio por esas noches sin dormir vigilando tu sueño.
Pero estos cambios no se comparan con mis cambios más importantes, los internos, los cambios del alma.
Hoy soy una mujer vulnerable, sensible, me llega mucho más el sufrimiento ajeno, me aterro pensando que algo te pueda pasar. Miro a cada niñ@ por la calle, y busco en ellos la alegría que cada día tú me haces sentir. Lloro cuando no logro descubrir qué es lo que tienes, río con tus pequeños y grandes logros. Mi corazón se ha agrandado para intentar contener todo el amor que siento por ti.
Soy débil, porque tu dolor es mi dolor, pero mágicamente es eso lo que me hace ser inmensamente fuerte, por ti, por protegerte, por querer darte lo mejor.
La maternidad me ha cambiado, hoy soy una mujer mil veces mejor que antes, porque conozco del amor más puro que existe, ese amor en el cual no existen razones para amar, ese amor en el cual se ama sin pedir o exigir, ese amor en el cual se ama de verdad.